Los hombres libres no preguntan qué va a pasar, sino qué vamos a hacer
viernes, 25 de marzo de 2011
El último voto útil
Publicado en el Diario Información el día 24 e Marzo
FERNANDO LLOPIS PASCUAL Hace casi cuatro años deposité en una urna lo que para los partidos mayoritarios es un voto útil. En aquellos tiempos, en Alicante, la lucha se presentaba encarnizada: un alcalde populista sin grandes méritos a sus espaldas se enfrentaba con lo que debería ser la gran esperanza del socialismo alicantino, como suele ser habitual en este partido, sacada de la chistera pocos meses antes.
El alcalde, conocedor de que apenas había cumplido las promesas realizadas hacía cuatro años, las volvió a prometer sabiendo que la mayoría de ciudadanos no se iban a acordar. Además, para completar su faceta populista, se rodeó de un equipo de caras conocidas, incluyendo medallistas olímpicos, representantes de todo tipo de asociaciones y belleas del foc, pensando que lo importante era ganar y sin importarle qué iba a pasar tras las elecciones. En el fondo él sabía que no iba a acabar la legislatura y el hecho de presentarse era solo preparar el camino a su sucesora y actual alcaldesa, además de cerrar el paso a su archienemigo el ahora atribulado presidente de la Diputación.
La candidata socialista, una joven preparada, no tardó en darse cuenta de que el equipo que le habían asignado estaba cogido con alfileres, no obstante, juró y perjuró que iba a dedicarse a Alicante pasara lo que pasara aunque, según me cuentan, tenía la convicción de que a muchos de su equipo les daba igual ganar o perder.
A pesar de todo, dada la nefasta política del alcalde, los socialistas tenían la convicción de que el cambio era posible y se lanzaron a una implacable búsqueda del consabido voto útil de la izquierda. Mientras los de Izquierda Unida seguían lanzando proclamas ancladas en el pasado, como si el muro de Berlín no hubiera caído y todos los modelos políticos que se agazapaban tras él no se hubieran deshecho. Inevitablemente, el PSPV con su grito del voto útil, se adueñó prácticamente del voto de la izquierda. Por su parte, el alcalde también invocó al voto útil para movilizar a su conservador electorado.
Tras un recuento de las primeras mesas, que parecía favorecer a la joven aspirante socialista, el recuento de los últimos distritos dio al traste con sus esperanzas de ser la primera alcaldesa de Alicante.
La euforia se desató en el Partido Popular, con la actual alcaldesa vanagloriándose de la victoria e indicando que dudaba de que una chica tan preparada como su rival socialista iba a aguantar en la oposición. Esta última lloraba desconsoladamente mientras el secretario local socialista intentaba poner buena cara ante la inesperada derrota.
Lo peor no fue que ganaran unos u otros, lo peor es que pasó lo que se veía que iba a pasar. El alcalde, ya desinteresado por la política local y una vez pactó su sucesión, abandonó el bastón de mando. Previamente, la candidata socialista había abandonado sus promesas de amor eterno a la ciudad de Alicante y puso rumbo a Madrid, nadie sabrá si por ambición personal o por no querer compartir cuatro años con los concejales de su partido.
Entre desinterés por Alicante y sumisión a los "jefes" de Valencia, la legislatura ha pasado con mucha más pena que gloria. Alicante ha perdido el orgullo de ser la capital de la cuarta provincia de España y ha permitido que todas las obras importantes acabaran en Valencia. No se ha promovido ninguna actuación que permita crear empleo, como habría sido habilitar suelo para que las industrias no contaminantes se pudieran implantar en un lugar tan maravilloso como nuestra ciudad. Se ha olvidado el comercio, el turismo y se ha considerado que cultura es inaugurar museos y no potenciar que la gente los visite.
La postura de la oposición ha sido casi más deleznable. Se han limitado a ocupar los despachos del Ayuntamiento, contratar a algún asesor que otro y a pensar que hacer oposición es llevar al juzgado cualquier actuación irregular de las que llevaba a cabo el Partido Popular.
Excepto estas últimas semanas, en las que se están realizando casi más de una inauguración por día, incluso algunos museos como el MACA se han inaugurado en más de una ocasión, la legislatura se ha realizado más en los juzgados que en los salones de plenos.
Hace ya algún tiempo que me di cuenta que lo que creía voto útil era un cheque en blanco para alguien que no se lo merecía, alguien que creía que por ser de un partido mayoritario ya tiene más que ofrecer a los ciudadanos, aunque realmente piense que estos están para servirle a él y no al revés. Partido Popular y Partido Socialista han perdido la ilusión por gobernar, han perdido la ilusión por servir a los ciudadanos, para hacerles las cosas más fáciles, mientras a su alrededor todo se hunde por la crisis económica. Confeccionan las listas de los que van a trabajar en el Ayuntamiento en clave interna, no están los mejores, sino los más fieles o las partes alícuotas de cada una de las familias de los partidos. Creen que el ciudadano ya no piensa, que está idiotizado por la televisión, que no sabe leer o que solo lee los horóscopos.
Yo pienso que el voto no se da sino que solo se presta durante cuatro años. A la hora de plantearse el voto no se deben mirar los colores. El voto útil es prestar tu voto a las personas más capacitadas e ilusionadas para sacar esto adelante.
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